La NBA ha dado un salto tecnológico significativo al incorporar un sistema de «arbitraje automatizado» basado en Inteligencia Artificial (IA) y visión por computadora. Este avance no busca reemplazar al árbitro humano, sino convertirse en un «ojo robótico» de ultra-precisión que asista en la toma de decisiones objetivas.
El sistema utiliza múltiples cámaras y sensores para rastrear el balón, los dedos, pies y todas las partes del cuerpo de los jugadores con una precisión milimétrica. Un algoritmo de Machine Learning procesa estos datos en tiempo real para determinar lo que realmente sucedió en la cancha.
El objetivo principal es mejorar la precisión en jugadas de contacto y situaciones de línea, como interferencias de canasta, goaltending y si el balón salió por línea de banda o fondo. Al automatizar estas llamadas, los árbitros humanos pueden concentrarse en las faltas complejas que requieren juicio (como las faltas flagrantes o técnicas), elevando la calidad general del arbitraje.
La liga sostiene que, además de la exactitud, el sistema acelera las revisiones, mejora el flujo del juego y ofrece transparencia, al poder mostrar a jugadores y aficionados imágenes generadas por computadora que explican la decisión. Esta implementación, ya probada y en expansión, marca una nueva era donde la tecnología es un socio crucial para la justicia deportiva en el baloncesto de élite.
