Los primeros Juegos Bolivarianos de la Juventud que se realizaron en Sucre ratificaron que Bolivia le falta mucho para alcanzar el nivel de otros países de Sudamérica. Sigue siendo una deuda pendiente para las autoridades apostar más para mejorar la formación de los atletas nacionales, que terminan haciendo lo que pueden con lo poco que reciben.
A pesar de que tuvo la delegación más numerosa (más de 250 atletas), Bolivia fue penúltima en el medallero de los Bolivarianos de la Juventud, con 9 medallas, 19 de plata y 39 de bronce.
Bolivia acabó sólo por arriba de Panamá, que logró 7 doradas (7 de plata y 11 de bronce), pero hay que apuntar que tuvo la delegación con menos deportistas y fue el único país fuera de Sudamérica en participar.
De las 9 preseas de oro, cuatro fueron en ráquet, una disciplina que aún no es olímpica. Las otras doradas se lograron en natación (dos), taekwondo, pelota vasca y boxeo.
Sin embargo la diferencia es abismal con los primeros lugares que fueron ocupados por Colombia, con 73 de oro (179 total), y Venezuela, con 63 doradas (157 total).
En ese sentido, es clave que las autoridades de gobierno de los diferentes niveles en el país puedan definir políticas para ayudar permanentemente a los deportistas de las diferentes disciplinas, ya que normalmente se hacen sentir cuando hay un evento cerca o cuando alguno de los atletas ha conseguido un título internacional.
Lo positivo de los Bolivarianos es que deja una buena infraestructura para la ciudad de Sucre que ahora cuenta con escenarios espectaculares para los deportistas de todo el país.
