La nueva medalla de oro conseguida ayer en raquetbol, en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, demuestra una vez más el poderío que tiene Bolivia en este deporte. Pero, también, cuenta una historia: la de la amistad y compañerismo del raquetbolista cruceño Carlos Keller y el chuquisaqueño Conrrado Moscoso, ya que es la segunda presea dorada que ganan juntos, y antes ya venían luchando por estos logros.
La primera participación que tuvieron ambos en estos juegos fue en los Panamericanos de Toronto (Canadá) en 2015. En esa ocasión ganaron la medalla de plata haciendo pareja en dobles, haciendo también historia, ya que, hasta entonces, Bolivia solo había obtenido una de estas medallas en 1991, en la disciplina del tae kwon do. Esa medalla era un anuncio de lo que eran capaces.
En los juegos de Lima, cuatro años después, Carlos y Conrrado hicieron equipo con otro Keller, Roland, y, ahora sí, consiguieron la ansiada medalla de oro, la primera para Bolivia en todas sus participaciones.
Y este año, en Santiago, Carlos y Conrrado nuevamente fueron protagonistas por el oro. Primero, ambos se enfrentaron por el oro en la categoría singles, sin duda fue un gran partido, con el resultado final a favor del chuquisaqueño, una final inédita para el raquet del país. Finalmente, ayer, ambos tenistas conformaban el equipo boliviano que se enfrentó en la final al equipo canadiense por el oro. A ellos se sumaba Kadim Carrasco, que tendría que jugar el último partido en dobles con Moscoso si hacía falta desempatar. No fue necesario, porque primero ganó su partido Keller, en una gran remontada, y luego Moscoso ganó el suyo, y así Bolivia vivió la gloria nuevamente gracias al raquetbol.
