Pese a que ya salió el doping positivo en la muestra A y B con la sustancia de furosemida (diurético para expulsar líquidos del organismo), la nadadora cruceña María José Ribera está habilitada para competir hasta que salga el veredicto de la World Aquatics (denominada hasta 2022 Federación Internacional de Natación, FINA).
El comunicado que dirá si hay sanción, está suspenda por un tiempo determinado o en el mejor de los casos, queda libre de toda culpa, saldrá la tercera semana de septiembre. Con el documento en mano, la deportista y su equipo de trabajo decidirán los pasos a seguir.
Si hay sanción, la abanderada boliviana en los Juegos Olímpicos de París 2024 apelará, pese al costo económico que significa hacerlo. Sus argumentos son sólidos, entre ellos las dos cartas del doctor Matheus Borgo (especialista en medicina molecular), en el que acepta el error de haberle dado unas cápsulas equivocadas, destinadas para otro paciente (modelos y mises que la utilizan para bajar de peso), y que no contenía la fórmula energética que la deportista venía consumiendo.
Por esta equivocación, María José dio positivo en un control al azar que se le realizó 3 de agosto, el día de su competencia en los 50 metros libres, donde logró un tiempo de 26”07 (su mejor marca era de 25”73) que la llevó a ubicarse entre las 28 mejores nadadoras entre 79 rivales.
Los resultados salieron el 5 de agosto pasado, e inmediatamente la nadadora decidió pedir la contraprueba del frasco B, que también dio el mismo resultado. Ante esta situación, Ribera y su entrenador, Yassir Abdalla, comenzaron a investigar y se toparon con la sorpresa de que el positivo había sido por el error del doctor.
Febona
La Federación Boliviana de Natación (Febona) confirmó que hasta la fecha no les llegó nada oficial sobre el resultado positivo con furosemida en las pruebas de doping de las muestras A y B. Explicaron que primero le debe llegar al Comité Olímpico Boliviano (COB), que es el organismo boliviano que la llevó a los JJOO.