A los 15 años, la vida de Luis Manuel Aponte Guasace cambió para siempre. Un accidente de moto lo dejó gravemente herido cuando fue chocado por un coche, y los médicos debieron amputarle una pierna para salvarle la vida. “Era mi vida o el pie. Debían amputármelo”, recuerda con serenidad el joven, que hoy tiene 18 años y cursaba estudios en el colegio 30 de Marzo cuando ocurrió la tragedia.
Antes del accidente, Luis Manuel era un apasionado del fútbol. Pasaba sus días entrenando y soñando con llegar lejos en ese deporte. Sin embargo, la pérdida no detuvo su espíritu. Con el tiempo, encontró en el tenis y el básquet en silla de ruedas una nueva forma de vivir la competencia, la superación y la alegría del deporte.
Actualmente, se prepara con disciplina para representar a Bolivia en el Campeonato Panamericano de Tenis en Silla de Ruedas, que se disputará en Chile del 29 de octubre al 5 de noviembre. En básquet también compite a nivel nacional, demostrando que las barreras físicas no son obstáculo para quien mantiene viva la pasión.

Luis Manuel encontró en el deporte en silla de ruedas una terapia de motivación.
“El tenis y el básquet en silla de ruedas me han ayudado como terapia tras el duro golpe a la vida que sufrí. He recuperado bastante la confianza”, asegura el joven deportista, que entrena los martes, jueves y sábados en una de las canchas auxiliares del coliseo John Píctor Blanco.
A su lado siempre está su hermano Joselo, de 13 años, quien lo acompaña en los entrenamientos y es una de sus mayores motivaciones. Luis Manuel sueña con ser profesional, ya sea en tenis o en básquet, y resume su filosofía con una frase que refleja su fortaleza: “Es para mantenerme y disfrutar de la vida”. Una historia de superación para ser contada en este Día Nacional de las Personas con Discapacidad.
