Las historias de deportistas bolivianos que tienen que vender kekes, empanadas, chocolates, patasca y kjaras, entre otros productos, para costear sus gastos de preparación y de pasajes, se vuelven cada vez más comunes, pues pese a toda la odisea que sufren logran destacar fuera de las fronteras.
La última deportista en pasar por este inconveniente ha sido Sol Sandoval, la karateca montereña que a través de la venta de las galletas rellenas logró alcanzar la gloria en Brasil. Sol, junto a su hermana, se dio modos para entrenarse, estudiar y vender galletas para costear su viaje al vecino país.
La karateca, de 18 años, se tenía tanta confianza, que apostó ciegamente a juntar el dinero, y peso a peso fue acumulando el monto que le alcanzaba para costearse el viaje. No fue nada para nada fácil, y ese objetivo parecía lejano, pues el costo de las galletas que vendía era de Bs 10.
Pese a todo esos problemas, nunca perdió la concentración y dedicación en el entrenamiento. Por ello su celebración fue más que eufórica tras conseguir la medalla de oro en el Campeonato Panamericano U14, Cadete, Junior y U21 de karate en San Bernardo, Sao Paulo, Brasil.
Sol obtuvo el primer lugar en Kumite Femenino U21 (combate), -55 kilogramos, dándole al país la única presea dorada en este campeonato. La karateca ya sabía de logros internacionales, pues en los III Juegos Suramericanos de la Juventud 2022, realizados en Rosario (Argentina), también había subido al podio más alto.
Gracias a su actuación en Brasil, Sandoval logró clasificarse para los Juegos Panamericanos de Asunción 2025 también en el vecino país.