El basquetbolista boliviano Alejandro Alba decidió rescindir su contrato con el Club Sololá de Guatemala, tras enfrentar una serie de complicaciones migratorias que hicieron inviable su permanencia en el país centroamericano. A pesar de haber sido contratado con la promesa de una visa de trabajo, el club lo llevó con visa de turismo, lo que terminó por generar una cadena de dificultades administrativas y económicas.
“Lamentablemente en Guatemala, y en Centroamérica en general, hay muchas trabas para jugadores bolivianos, colombianos, haitianos…”, explicó Alba. “El presidente del club pensó que, por ser sudamericano, conseguir la visa de trabajo sería sencillo. Pero hubo mucha desinformación”.
Según relató, la situación se volvió insostenible: debía salir de Guatemala cada tres meses para renovar su estatus migratorio, con un gasto estimado de mil dólares por viaje. “No estaba charlado, no estaba contemplado ese gasto… era demasiado dinero. Yo, y el club también, íbamos a terminar perdiendo”, añadió.

Frente a este panorama, Alba tomó la difícil decisión de rescindir el contrato y retornar a Bolivia. Sin embargo, no descarta nuevas oportunidades internacionales. “Mandé mi currículum con estadísticas a varios agentes de Argentina, Uruguay, Colombia, Ecuador e incluso Europa. Pero es cuestión de que algún equipo necesite un base-escolta con mis características”.
Por ahora, su prioridad es retomar su rutina en el país y continuar con su formación académica. “Me llamaron de la ‘Libo’ también, pero me quedo aquí para seguir con mis estudios”, concluyó.
La versión de Alba con respecto a los problemas con sus papeles fue confirmada por Daniel Iglesias, entrenador del cuadro guatemalteco, quién también lo dirigió durante su estadía al frente de MG.