Lo que parecía un cambio en la actitud de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) respecto al fútbol femenino en Bolivia quedó por los suelos después de la renuncia de la directora técnica argentina Rosana Gomez, que se estaba haciendo cargo tanto de las selecciones nacionales juveniles como de la selección mayor.
Gómez, que llevaba año y medio en el cargo, desde donde se habían implementado los microciclos mensuales con jugadoras de todo el país, dejó el cargo por discrepancias con la dirigencia nacional el 10 de noviembre del año pasado, y desde entonces desde la FBF no contrató a nadie para este puesto, ni siquiera se manifestó de manera oficial al respecto. Aún cuando a mediados de diciembre pasado su presidente Fernando Costa presentó un proyecto para «revolucionar» el fútbol femenino en el país.
En dos meses se llevará a cabo el Sudamericano Sub-17 femenino, y un mes después el Sudamericano Sub-20 también para las mujeres, y el técnico o la técnica encargada, que de seguro será elegida en los próximos días o semanas, tendrá que trabajar con el reloj en su contra, todavía sabiendo que otras selecciones llevan años con el proceso de ver y entrenar con sus jugadoras.
Chile, por ejemplo, viene pensando en ambos sudamericanos desde que concluyeron los anteriores en 2022, haciendo giras con sus equipos por otros países y desarrollando microciclos. El seleccionado argentino Sub-17 empezó a trabajar este lunes, pero también se le venía haciendo un seguimiento con microciclos a las elegidas.
Rosana Gómez ya conocía a las futbolistas, y el año pasado participó con la selección femenina Sub-19 de un Sudamericano que serviría para ver a las jugadoras que podrían participar del Sub-20 de este año. Todo ese trabajo quedó perdido.
Habrá que ver cómo resuelve la FBF todo este lío y que no repercuta en el rendimiento de la selección, para que así no sean humilladas en los torneos que se avecinan por culpa de la improvisación dirigencial.
