A una semana del inicio del Grupo B de la Liga Sudamericana de Baloncesto, que se disputará en Sucre del 9 al 11 de octubre, el plantel de Universitario enfrenta varios obstáculos que no han mermado su ilusión de ser protagonista y hacer historia en el certamen internacional.
El equipo estudiantil recién pudo entrenar anoche en el Polideportivo de Garcilazo, escenario donde se jugarán los partidos, debido a que hasta último momento se gestionó con la Gobernación de Potosí el préstamo de las jirafas reglamentadas por la FIBA, únicas disponibles en el país. Durante varias semanas, las prácticas se realizaron en el coliseo Universitario de la plazuela Zudáñez, lo que generó malestar en el entrenador Sandro Patiño.
“Las cosas no han salido como hubiéramos querido. Sentimos que avanzamos, pero no trabajamos en condiciones favorables. Entrenar en un lugar distinto al escenario del torneo te quita el sueño y la ilusión”, expresó el DT, visiblemente molesto.
El técnico también lamentó que esta situación haya incomodado a los refuerzos extranjeros. “No entienden cómo el equipo local no entrena en el mismo escenario de competencia. Ellos no están acostumbrados a practicar en piso duro”, señaló. Asimismo, trasladó la responsabilidad a la dirigencia, al indicar que “esto debía planificarse hace tres meses”.
Pese a todo, Patiño mantiene la fe en su plantel: “Tengo al fondo del túnel una luz. La entrega y la ilusión de los jugadores pueden ser ese plus extra que necesitamos”.
El equipo capitalino se entrena a doble turno con la base de jugadores que disputaron la Libobasquet, reforzados por los bolivianos Luis Mercado y Cristian Camargo, el argentino Gonzalo Álvarez, el colombiano Álvaro Peña y el estadounidense Dequan Brooks. A ellos se sumarán los hermanos Sebastián y René Calvo, además de Pedro Gutiérrez. Solo falta la llegada del último refuerzo, el norteamericano Makel Mitchell, prevista para este viernes.
Con el tiempo en contra, Universitario afronta la recta final de su preparación con la mirada puesta en competir con dignidad y dejar en alto el nombre de Sucre y de Bolivia.
