Nota alta para la Federación Boliviana de Golf (FBG) que logró reactivar su programa ‘Misioneros de Bolivia’ para tratar de masificar este deporte que es poco accesible para las personas de escasos recursos, pues es costoso. Ahora, más de 40 niños y niñas tienen el apoyo logístico por parte de la FBG.
El proyecto comenzó hace unos 20 años, pero por diferentes motivos se desactivo; sin embargo, el año pasado bajo la presidencia de Genaro Sanjinés se logró retomar la actividad con el objetivo de descubrir el talento que tienen pequeños de escasos recursos, para los que sin ayuda sería imposible practicar y competir en torneos de golf.
El Golf es una disciplina costosa, desde el equipamiento, ya que un palo oficial llega a costar 500 dólares, y ni qué decir del valor de los zapatos, uniformes y más. Pero antes que eso, hay que pertenecer a un club (con campos de golf), en el que no es nada fácil ingresar, pues hay requisitos que normalmente cumplen familias pudientes con un nivel socio-económico elevado.
Por eso no es fácil masificar esta disciplina y es muy complicado que los chicos de otros niveles económicos puedan practicarla, más allá del interés y las ganas que puedan tener.
Fue por eso que se creó el programa Misioneros de Bolivia, que es el compromiso que asumió la FBG con alguno de sus patrocinadores para reactivarlo y sobre todo para poder sostenerlo. «Hay personas con escasos recursos que tienen talento y cuando no tienen apoyo no puede explotarlo, por eso la Federación lleva adelante este programa y está dando buenos resultados», señaló Nelson Saucedo, Coordinador de Eventos Deportivos de la FBG.
Por el momento, el programa tiene unos 40 alumnos, entre niños y niñas, que se entrenan bajo el mando del profesor Rómulo Gamboa durante tres horas, de lunes a sábado, en Mapaizo Golf Club, que firmó un convenio con la FBG de un año y medio para colaborar con este objetivo social que busca el beneficio del golf boliviano.
También hay un acuerdo con la Fundación Alalay de Cochabamba, donde la Federación también ya colabora con algunos niños que se entrenan casi a diario.
Las familias de los niños ‘becados’ no pagan nada, pues la FBG le proporciona el equipamiento y también costea la participación en torneos oficiales, como la Copa Bolivia (es un circuito de golf de menores), por ejemplo, evento en el que ya se vieron buenos resultados.
Uno de los objetivos es que los mejores talentos puedan llegar lo más lejos posible y hasta poder conseguir una beca en algunos de clubes de golf que son parte de la federación. Uno de los ejemplos a seguir es la golfista juvenil cruceña Mayerly Peña, que salió de este proyecto hace algunos años y que gracias a su talento fue becada por Las Palmas Country Club, uno de los mejores del país.
«Hay mucho talento entre los nuevos chicos. En el Nacional de Tarija se consiguió dos segundos lugares», apuntó Saucedo.
El gran objetivo de la Federación es que el programa se extienda a otros departamentos del país. Por ahora Santa Cruz y Cochabamba se benefician y próximamente sería Tarija.