Fue una de las que más disfrutó de la fiesta de despedida de Maitte Zamorano, derramando algunas lágrimas y no parando de aplaudir. Carmela Cardona, de 67 años y madre de la ahora exfutbolista, sostuvo que la delantera siempre quiso ser jugadora: “Recuerdo que a los 6 años ya jugaba bien, y por ello integraba equipos de varones, pues de damas no había”.
Recordó que su padre Ciro Zamorano la inscribió en el campeonato de la Asociación de Futsal de Camiri, donde vivieron hasta 1995. “Ya pintaba para futbolista. Además que siempre fue bien disciplinada”, sostuvo.
Sobre sus inicios ya en el futbol femenino cruceño, contó que hasta 1996, Maitte jugaba en los campeonatos de barrios de Santa Cruz, hasta que fue descubierta y llevada a Oriente Petrolero, donde en su debut marcó dos goles.
De ahí para adelante nadie la frenó, siendo ocho veces mejor jugadora de la Liga Femenina, y recibiendo ocho Victoria Alada, que otorga a los mejores deportistas cruceños el Círculo de Periodistas Deportivos de Santa Cruz (Cpdsc). Marcó más de 1.000 goles en su carrera y fue goleadora de dos Copa Libertadores Femenina.
Su madre remarcó que el momento más feliz para Maitte fue cuando recibió por primera vez la Victoria Alada, en 2000, ese año también fue el más triste de su vida, pues falleció su padre, que fue quién la apoyo para que incursione en el fútbol. También fue campeona con la selección cruceña de futsal, en la Primera de Honor de básquet y durante varias temporadas fue la mujer más veloz del país.