María Alejandra Peinado Pizarro, una de las notables campeonas de BMX de Santa Cruz y de Bolivia, escribió una sentido y emotivo mensaje en sus redes sociales, luego de ver frustrado su sueño de subir al podio en el Campeonato Mundial que se disputó el pasado fin de semana en Rock Hill Carolina del Sur, Estados Unidos.
Esta joven de 27 años decidió prepararse desde el año pasado para este evento Mundial, pues el objetivo era grande, aunque al comienzo de esta temporada sufrió un revés en su vida, murió su abuela, Leticia Franco, una de las personas más importantes en su carrera deportiva, por lo que eso provocó momentos de dudas antes de la cita mundialista, como ella misma lo expresó.
«Venía tan motivada que nunca pensé que este 2024 decidió quitarme a mi fan número 1, por lo que ese hecho me hizo replantear mi meta y sueño, no saben lo difícil que fue cada día desde ahí, pero si algo heredé de esa mujer fuerte (su abuela) es a seguir, y aquí llegué, por ella y por mí», señaló María Alejandra, que se repuso y siguió entrenándose.
En Estados Unidos el objetivo era estar en el podio, como lo hizo muchas veces en eventos departamentales, nacionales e internacionales, siendo siempre competitiva, pues practica este deporte desde sus 9 años, cuando sus padres, Ernesto y Ross Mery decidieron incentivarla para que sea una de las mejores.
Pero en la competencia mundial pasó algo imprevisto que ella se encargó de contar: «El Mundial se lleva a cabo desde del 12 al 18 de mayo (hasta este domingo). Yo competí el 15. Logré clasificar en las rondas clasificatorias con 4-3-3 a la semifinal, por lo que me quedaba correr la semifinal y posteriormente la final, pero el campeonato se canceló debido a tormentas eléctricas y como la pista está rodeada de pararrayos nos hicieron evacuar el recinto deportivo». Hasta ahí todo parecía bien.
Sin embargo, Peinado explicó que «la UCI (Unión Ciclística Internacional), que es la organización, decidió sacar (es decir que clasifiquen a la final) los mejores 8 del mundo por sus clasificatorias y eso me dejó en el puesto 12».
De esa manera sintió una frustración muy grande, ya que había entrenado intensamente más de un año, pero sobre todo lo lamentó por el esfuerzo que hizo su familia para poder estar en este Mundial. «Llegar acá fue un esfuerzo enorme, debido a que para costearme pasajes, estadías e inscripción tengo que realizar de todo, vendo postres y ayudo en el restaurante de mi madre. Mi familia fue un gran apoyo, por eso estoy triste», contó.
A pesar del mal momento que pasó no se rinde y ya se puso nuevas metas. Por el momento, ahora que está en Estados Unidos, buscará un par de competencias de alto nivel para ganar más roce internacional porque su sueño mundialista continúa y apunta al próximo evento de ese nivel que será en Dinamarca antes de fin de año, aunque aún no tiene fecha confirmada.
