Hace tres décadas Bolivia era potencia en el futsal de Sudamérica y porqué no hasta mundial, llegando a ser el cuarto mejor de la Copa del Mundo de Italia 1991. Los años pasaron y esta disciplina se quedó estancada en el amateurismo, tanto que es muy difícil conseguir logros internacionales. Uno de los mejores jugadores del país fue José Ernesto ‘Keko’ Álvarez, que hizo un análisis de la actualidad del salonismo.
Jugar un mundial en cualquier disciplina es lo máximo, pues ahí están los mejores del mundo. Y la selección boliviana de fútbol de salón lo consiguió por méritos propios, clasificando como uno de los mejores de Sudamérica.
En Italia hizo una campaña espectacular, con una camada de jugadores de gran nivel, entre ellos Keko Álvarez, el mejor de la época y un histórico.
En el Mundial, Bolivia le ganó a México (8-0), Japón (10-0), Inglaterra (15-0), Puerto Rico (6-0), Venezuela (4-2) y Checoslovaquía (3-0). Sólo perdió ante Portugal, en la primera fase y en las semifinales, y contra Brasil, por el tercer lugar.
Nunca más se repitió esa campaña; es más, cada vez se perdió protagonismo y Bolivia bajó su nivel en casi todas las categorías, en las que le cuesta conseguir resultados importantes.
«Uno de los principales problemas del futsal nacional fue el estancamiento ocasionado por tener dos asociaciones: la Fifusa (ahora Asociacón Mundial de Futsal) y la FIFA (tiene un departamento de fútbol de salón)», señaló Keko Álvarez, palabra autorizada, pues sabe de ambas disciplinas, porque también estuvo en el fútbol más de una década como dirigente, siendo presidente de Oriente Petrolero.
Considera que la entidad que debe hacerse cargo únicamente del futsal nacional es la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), ya que esta recibe presupuesto para el desarrollo del salonismo, entre otras disciplinas más que ya forman parte de la FIFA.
«La dirigencia no conoce la obligatoriedad de la FBF de tener y dar un presupuesto al futsal. En 1991 y 1994 participaron del Mundial de la Fifusa todas las grande selecciones, menos Brasil y España, que ya respetaba a la FIFA. Estos dos países mandaron equipos buenos, pero alternos, ya que la FIFA empezó en esos años a acaparar todas las asociaciones del Mundo, y Bolívia se quedó respetando a los de Fifusa, pero también participantdo en las de FIFA», explicó el que fuera un habilidoso salonista.
Keko cree que en el 1995 Bolivia debió tomar el camino de Brasil y España, pues así lo hicieron los otros países, por .o que no haber decidido bien estancó al Futsal boliviano.
«Otro tema, que de verdad es el principal, es las medidas de las canchas en Bolívia, ya que se juega en cancha que fueron hechas para Básquet, y se amplía apenas un metro a cada lado, cuando la mayoría en el mundo están en 20×40 metros, son mucho más grandes, por eso nuestros jugadores quedan cortos en las líneas de marcación, muy atrás, por eso para poder atacar, cuando salen afuera, el arco esta muy lejos a lo que estamos acostumbrados», detalló.
Además hizo una analogía: «Este problema es parecido al tema del Fútbol. Entrenamos y formamos a jugadores en potreros…muy técnicos, pero lentos en todo sentido».
Por último lamentó que las empresas privadas dejaron de apoyar a este deporte que tantas alegrías dio al país en décadas pasadas.
Hace algunos días, los históricos jugadores de la selección del 91 se reunieron en Cochabamba para recordar los 32 años de esa Copa del Mundo inolvidable. Keko no pudo estar por motivos de fuerza mayor, pero siempre está en contacto con su excompañeros, los mismos que también esperan que la situación del futsal nacional vuelva dar alegrías.